lunes, 18 de enero de 2016

MENOS ES MÁS, UNA HISTORIA DEL HÉROE ATÓMICO (PARTE 2)

Por Rich Morrissey para Amazing Heroes 28 (1983). Traducido por Félix Frog2000. Parte 1.

Al igual que ocurría con los nuevos Flash y Green Lantern, que eran mucho más poderosos que los originales, el Atom actual era mucho más pequeño, tan sólo medía seis pulgadas, ¡y a veces era incluso más diminuto! Tal y como se detallaba en la primera historia del "Showcase" número 34, todo había sido el resultado de un accidente científico que permitía a un investigador de talla normal reducir su tamaño y su peso a voluntad. Ray Palmer (llamado así por el antiguo editor de "Weird Tales" y "Amazing Stories", al que Schwartz y Fox habían llegado a conocer en persona y que apropiadamente era un hombre de pequeña estatura), había estado experimentado con la reducción de la materia mediante el movimiento de sus átomos (y presumiblemente, de las partículas subatómicas) logrando que se juntaran gracias a la ayuda de un pedazo de materia comprimida que provenía de una Enana Blanca, una estrella que había descubierto. Pero también era capaz de restaurar cualquier cosa hasta su tamaño original sin hacer que ésta explotara. Así transcurrían las cosas hasta que su novia Jean Loring y algunos chavales se quedaron atrapados en una cueva después de producirse una avalancha. Condenados a morir sin remedio, Ray usaba el proceso que había inventado consigo mismo, esperando así escapar a través de una pequeña grieta y liberar al resto antes de que se produjese la inevitable expansión hasta su tamaño natural que terminaría aniquilándolo. Finalmente no sólo los liberaba, sino que encontraba la combinación exacta de productos químicos para poder escurrirse de la caverna a través del techo y sobrevivir al recuperar su tamaño original. A continuación regresaba exaltado al laboratorio para darse cuenta de que el nuevo proceso que había desarrollado tan sólo funcionaba bien en su cuerpo. Privado así de que pudiese reportarle rédito científico alguno, Ray decidía en su lugar usar sus habilidades para luchar contra el crimen. Si la riguriosidad científica de este origen es algo que puede parecernos bastante cuestionable, al menos, con lo que conocemos ahora, sí que es más plausible que muchas de las explicaciones que se daban sobre los orígenes superheróicos en 1961, o incluso sobre los de hoy en día. Algunos de los lectores se preocuparon demasiado sobre lo improbable que parecía, o sobre el increíble uniforme que Ray diseñaba en la siguiente historia de ese mismo número. Cuando tenía su tamaño normal, su disfraz era "invisible e intangible", lo que al parecer significaba que no quería menospreciar la ropa que usaba como civil, o incluso que le impidiese usar los bolsillos de sus atuendos habituales o despeinarse. Pero cuando quería cambiar de identidad, entonces manipulaba los controles que tenía en su cinturón (que aparentemente eran algo más tangibles que el resto del uniforme) para encoger mientras el disfraz se iba haciendo visible gradualmente. Finalmente se solidificaba completamente cuando alcanzaba las seis pulgadas de altura, así que bajo su identidad disfrazada nunca tenía una altura mayor, aunque podía, y así lo hizo, hacerse más pequeño aún, hasta alcanzar un tamaño molecular. (Más tarde Ray añadiría dichos controles a sus guantes para que el cambio resultara más sencillo.)
Ray Palmer tenía otro control más con el que poder reducir su peso, de esa forma podía permanecer sentado en sillas o quedarse plantado sobre mesas con su pequeño tamaño sin romperlas. A pesar de las limitaciones del control de su tamaño y altura, el del peso no tenía restricciones de ningún tipo excepto la del peso habitual de Ray, 80 kilos, y como ocurría con prácticamente todos los héroes de Giul Kane, se encontraba en la mejor forma física posible, por lo que una de sus maniobras favoritas era la de flotar sobre la cabeza de un matón y de repente cambiar de nuevo su peso hasta los ochenta kilos. Ni que decir tiene que la experiencia no resultaba demasiado placentera para al villano. La combinación de dichos controles le ofertaban una maniobrabilidad casi sin límites y un amplio rango de técnicas que podía usar contra los criminales de talla normal, así como algunos métodos de transporte bastante únicos. Aunque no solía cabalgar sobre las personas, coches, aviones o animales, se le ocurrió una alternativa todavía más descabellada para la que era necesario alcanzar el tamaño de un electrón. Todo lo que tenía que hacer era realizar una llamada telefónica hacia el lugar donde quería llegar, preparar un metrónomo o algo que hiciese el sonido apropiado, ¡y cabalgar sobre el impulso eléctrico a través de los cables hasta el aparato receptor donde se estaba recibiendo la llamada! También podía espiar a ladrones contactando con ellos por teléfono, y saludar a sus cabecillas con ambos puños voladores en cuestión de segundos. Como luchador contra el crimen, el Átomo era un hombre bastante imaginativo.

EL HOMBRE BAJO LA MÁSCARA

En contraste, su identidad civil no tenía demasiado de excitante, y no era nada clara en algunos aspectos. Como ocurría con su precursor, Ray Palmer se pasaba más tiempo en el Campus, en la Ivy University de Ivy Town (uno de los muchos lugares ficticios de DC que tenían pequeñas similitudes con la realidad), y que claramente era una Universidad de la Ivy League, no exactamente como Harvard o Yale, sino como una especie de mezcla de ambas, donde disfrutaba de alguna especie de ocupación. Pero la naturaleza exacta de su trabajo, o incluso su edad, nunca quedaron establecidas del todo. En el número 11 de The Atom (1964) ayudaba a dar la bienvenida a los participantes durante la reunión del Curso de 1954, algo que aparentemente indicaba que se había graduado en la misma época y que de alguna forma tenía cerca de treinta años. Pero cuatro años más tarde (en "The Atom" nº 36, abril/ mayo de 1968), se desvelaba que Ray había sido sólo un estudiante de segundo año tan sólo diez años antes, y que sólo había cumplido 28 años. Además recordaba que como "novato" había conocido a Jean Loring en 1958, lo que, a menos que fuese como estudiante de primer año en una Universidad de Derecho, difícilmente podría haber hecho que coincidiera con ella, ya que Loring estaba ejerciendo la abogacía durante 1961.

Y sin embargo, dejando a un lado dicha incongruencia, la cronología de 1968 casi coincide con el subsecuente posicionamiento en la Universidad de Ray, mucho mejor que lo que se había indicado antes en 1964. A pesar de su aparente condición de profesor, nunca pudimos ver a Ray dando clase hasta que Gardner Fox dejó los guiones en 1968. La tendencia general sobre su vida privada en los números de Fox era la de la investigación en el laboratorio junto con algunos profesores experimentados que había conocido en sus días como alumno, y fuera del campus sólo coincidía con Jean Loring y muy pocos amigos más. Esa no parece ser la rutina de un profesor de treinta años, sino más bien la de un estudiante de posgrado con talento que se lo está trabajando para alcanzar posiciones más avanzadas que requieren una gran cantidad de investigación teórica.

(Continuará)

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