lunes, 7 de marzo de 2016

BATMAN: EL CALLEJÓN DEL CRIMEN

Por Frog2000 para el facebook de Gotham Central.

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Indudablemente, el Callejón del Crimen de Gotham es una de las localizaciones imperecederas de la ciudad del murciélago más famoso de los tebeos, un importante lugar de su biografía que apuntala la leyenda del personaje con tanta fuerza como lo hacen el desasosegante Asilo Arkham o la azotea de la Comisaría de Policía, aquel tejado donde demasiado a menudo un cansado Gordon ha tenido que patearse las empinadas escaleras para encender la Bat-Señal. ¡Ya podrían ponerle un ascensor! 

Joe Chill, un anónimo ratero callejero del mismo pelaje que el asesino del famoso tío de Peter Parker, Ben, provocará (casi por azar) la aparición de la némesis orejuda del crimen. Su burda tentativa de robo a unos ciudadanos más pudientes que él acabará en cruel asesinato, convirtiendo así al débil chiquillo de la pareja en una fuerza de la Naturaleza. Allí empieza todo, entre los fríos adoquines de la "Crime Alley". 

La famosa calle donde Bruce, Martha y Thomas Wayne derraman lágrimas, sangre y perlas está situada en uno de los ghetos de la ciudad y su apodo es Crime Alley o Callejón del Crimen, aunque en realidad fuese bautizada como Park Row, que significa tanto Parque del Paseo como de la Bronca. Muy cerca en la misma callejuela se encuentra la clínica de Leslie Thompkins, donde la solidaria doctora ofrece ayuda a aquellos habitantes de los que nadie más se preocupa. Batman conoció a Jason Todd en una de sus esquinas, casi teniendo que darle una buena azotaina para hacerle entrar en vereda cuando el avispado rapaz intentaba robar los tapacubos del Batmóvil.

Una de las mejores escenas que tienen lugar en esta localización es la pelea, en realidad auténtico combate, entre Superman y Batman que puede leerse en las páginas del que sigue siendo, de forma imbatible, uno de los tres comic-books más destacados de Batman: "The Dark Knight Returns", aquí traducido como "El Regreso del Señor de la Noche" (en versión de Zinco) o "El Regreso del Caballero Oscuro" (ECC). Wayne utilizará toda la energía de su ciudad, Gotham, focalizándola a través de la farola que precisamente se encuentra en el mismo lugar donde asesinaron a sus progenitores, para frenar al desbocado alienígena. No se puede pasar por alto la monumental simbología que Frank Miller le imprime a estas páginas finales de su obra, donde la historia de Bruce Wayne termina donde empezó su leyenda, una de esas "aterradoras" simetrías que plagan los mejores cómics. Pero además, aquí asistimos a la fuerza de toda una ciudad trabajando a favor del murciélago, el héroe caído que también usará la airada amargura de la que ha hecho gala durante años para derrotar, y si hiciese falta, matar, al (esta vez sí) más poderoso enemigo que haya combatido alguna vez. Vigilados por el ejército, ambos contendientes no sólo dirimirán sus diferencias, sino que la pugna ideológica también será todo un ensayo sobre qué es preferible abrazar, si la justicia o la ley.

Realmente es fascinante todo lo que puede ocurrir en una de los recovecos perdidos de una de nuestras ciudades de tebeo predilectas, ¿verdad?

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