miércoles, 18 de mayo de 2016

¡HACIA LA MAZMORRA! (UNA RESEÑA DE DUNGEON FIGHTER). PARTE 2 DE 3.

Artículo de Wolfie & Farmer Lenny para Slay The Dragon, 2013. Parte 2 de 3. Parte 1.

----------

Este juego recoge todo lo que tiene de divertido echar los dados a rodar (ya sabes, esa parte donde realmente los echas a rodar y escuchas el tremendamente satisfactorio "thunk" que producen al chocar contra la mesa...) y lo amplifica y lo lleva hasta el siguiente nivel. Mientras que echarlos a rodar y acertar siempre es algo muy útil, en este juego resulta mucho más importante que el hecho de que simplemente golpeen contra el blanco, algo que dependerá de habilidades que si quieres puedes ir potenciando.

Estoy seguro de que alguien se podría pasar horas y horas practicando para convertirse finalmente en un impresionante experto de la tirada de dados. Pero para aquellos que prefieren jugar a juegos de tablero, las habilidades que se necesitan para pasarlo bien con Dungeon Fighter son bastante ecuánimes. Cualquiera puede perder, pero lo más importante de todo es que cualquiera puede también acertar. Añádele a todo esto la ridícula forma en la que te verás forzado a lanzar los dados para intentar conseguir la puntuación adecuada, y tendrás un precioso panorama de juego por delante. Puede que cualquiera que disponga de buenas habilidades tirando dados la fastidie por culpa de las ridículas tiradas que tendrá que llevar a cabo a lo largo del juego. Por otra parte, alguien sin demasiada habilidad podría ser lo suficientemente afortunado como para que durante su intentona ridícula de acierto se cruzaran varios parámetros que tuviesen como consecuencia un movimiento simple y directo y ganase la jugada.

Cuando se acierta con uno de los retorcidos tiros, entonces se consiguen armas y objetos variados como recompensa.

La idea del juego es divertirse todo lo posible. Resulta muy divertido tirar los dados, incluso cuando no aciertas. En este juego se pierde con mucha más frecuencia de la que se suele ganar (¿es que hemos ganado alguna vez? Puede que no, pero sí que nos hemos quedado cerca), y también se termina viviendo algunos momentos memorables. Recuerdo claramente aquella vez en la que intentamos vencer a la señora loca de los gatos, pero ella se siguió regenerando una y otra vez y terminó siendo demasiado para nosotros. Nunca olvidaré el momento en que nos quedamos a dos puntos de derrotar al Dragón Jefe de la Mazmorra, uno de los jefes finales, con una sola tirada realizada con la mano zurda. Era una tirada simple y sencilla, una que había hecho una docena de veces antes ... ¡y entonces perdí por dos puntos de nada! ¡MALDICIÓN!

Aunque cada jugador dispone de su propio turno para atacar por su cuenta, la colaboración en este juego es bastante alta, eso por no hablar de sus mecánicas. Durante la partida podrás animar a tus amigos, sufrir su misma angustia cuando yerren la tirada, pero por lo menos todos estaréis sufriendo juntos. Te recomendamos el uso de armas enloquecidas (o no, como te apetezca). Discutiréis sobre quién será el verdadero culpable de que hayáis perdido (después de todo, si mi colega Farmer Lenny hubiese acertado alguna tirada extra en vez de perder siempre cuando estaba peleando contra el jefe final, yo no habría sufrido tanta presión cuando me tocó lanzar mi último dado.)

La idea más importante del juego es la diversión. Pura y simplemente. Es un gran juego social (siempre y cuando la partida no resulte demasiado larga) porque es muy bobo y todos los jugadores pueden animarse entre sí. Funciona muy bien con tan sólo tres personas, ya que tienes más oportunidades de tirar los dados (aunque puede que quieras que haya más personas a tu alrededor que presencien tus sorprendentes habilidades. Sí, TUS habilidades. ¿no es cierto?) Es un gran juego para comenzar o para cerrar una noche llena de juegos. No es lo suficientemente profundo como para tener que pensar demasiado, y tampoco supone una profunda experiencia estratégica. Tan sólo tienes que lanzar unos dados.

El único problema que he experimentado con este juego es que algunos de los requisitos no combinan demasiado bien entre sí, o por lo menos resulta bastante difícil imaginar cómo se podrían combinar. Especialmente la pose de "orante", que requiere que te coloques el dado entre las palmas de las manos. El juego también resulta difícil cuando tienes que tirar el dado con el antebrazo o con la parte posterior de la mano. Afortunadamente el juego no es tan "serio" como para sufrir demasiado si no puedes hacer todo lo que se te pide, y estoy seguro de que el grupo podrá decidir salomónicamente el movimiento que tienes que realizar. También hay una regla para realizar cambios cuando parece que cierta tirada de habilidad es absolutamente imposible de lograr.

¿Que más podría decir sobre Dungeon Fighter? Que si te gusta la diversión, es muy probable que te guste Dungeon Fighter, porque está hecho para divertirse un montón.

(Continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario